[Nota importante: El nombre del cliente y los detalles claves del caso pueden haber sido modificados para preservar la identidad del cliente. Esta historia de éxito no pretende ser una oferta de servicio o plan de caso. Cada caso es único. La historia de éxito se presenta solo con fines informativos.]
A principios de 2018, el equipo de Margaret W. Wong en Cleveland comenzó a trabajar con Renata, una mujer indocumentada de México, que había estado viviendo en los Estados Unidos desde el 2000 con su familia, pero recientemente había perdido a su marido, Mateo, debido a una enfermedad. Para agravar sus problemas, ella acababa de recibir su primer NTA por sus siglas en inglés (Notificación para Presentarse) ante las autoridades de inmigración.
En consecuencia, nuestro equipo presentó una I-589 (Solicitud de asilo y retención de la expulsión) en su nombre. Unos meses más tarde, en octubre de 2018, Renata y sus tres hijos, todos nacidos en los Estados Unidos y por lo tanto ciudadanos estadounidenses, asistieron a su audiencia de asilo junto con un representante legal del equipo de Margaret W. Wong.
En la audiencia Renata, quien ahora hablaba muy bien el inglés, explicó que ella y Mateo, una contable exitosa, entraron a los Estados Unidos en septiembre de 2000 con visas B-2 con la intención de tomar una luna de miel extendida. Poco después de su llegada, sin embargo, Renata quedó embarazada y comenzó a experimentar complicaciones; por lo tanto, tuvo que estar postrada en la casa de amigos que vivían en el noreste de Ohio.
Su hijo, un niño llamado Gael, nació a finales de 2001 con una enfermedad llamada Síndrome de Stickler, lo que significa que necesitaría tratamiento médico continuo que fue proporcionado por una clínica cercana, así como atención domiciliaria que fue proporcionada por Renata.
Mientras tanto, Mateo se convirtió en un contador independiente que servía a empresas hispanas en el área del noreste de Ohio para apoyar a su familia que pronto incluiría a dos niños nacidos respectivamente en 2005 y 2009.
A finales de 2017, sin embargo, Mateo enfermó y murió. Poco después, Renata recibió el NTA. A lo largo de los años, su temor a una deportación incrementó, especialmente durante la presidencia de Donald Trump. Renata también tenía miedo de tener que regresar a México, donde sus hijos, especialmente Gael porque era débil y vulnerable, podrían ser acosados por bandas.
Sobre este tema, Renata mostró varias cartas de familiares y amigos, que todavía viven en la región de México de la que vino, en relación con una actividad criminal cada vez más grave y la incapacidad del gobierno local para ponerle fin. Renata también tenía mucho miedo de que Gael no pudiera recibir la atención médica que necesitaba en México e incluso podría estar institucionalizado.
Sin duda, el juez de inmigración escuchó con simpatía la historia de Renata, pero nuestro representante legal sintió que habría problemas porque Renata había esperado tanto tiempo para solicitar asilo, lo que debería haberse hecho dentro de un año de su llegada a los Estados Unidos.
Por lo tanto, nuestro equipo decidió no retirar la solicitud de asilo de Renata, sino ampliar las posibilidades mediante la presentación de un 42B (Cancelación de la deportación para residentes no permanentes), ya que Renata ciertamente cumplía los criterios de estar presente en los Estados Unidos durante al menos diez años; No tenía antecedentes penales excepto varias violaciones vehiculares las cuales ya estaban pagadas; y tuvo un niño, un ciudadano de los Estados Unidos, que era muy dependiente de ella para su bienestar, si no supervivencia.
Nuestro equipo sabía que la 42B tomaría años para ser aprobada así internamente, organizamos para que Renata fuera concedida un EAD (Documento de Autorización de Empleo) para que ella pudiera apoyar a su familia. Mateo, su esposo, le había enseñado mucho sobre contabilidad, así que ella pudo tomar con éxito la gerencia de sus clientes.
A principios de abril de 2021, la 42B que presentamos para Renata fue aprobada y, aunque había otros pasos que tendrían que ser tomados antes de que ella pudiera obtener una green card éstos serían cambiados por Gael que pronto tendría veintiún años y deseoso de patrocinar a su mamá, que le había dado tanto.
En cuanto a Renata, continuó trabajando desde casa y cuidando de sus hijos, los más jóvenes eran ahora adolescentes.
Lo más importante, sin embargo, Renata ahora podría vivir sin miedo a la deportación, lo que la hizo mucho más relajada y capaz de realizar sus tareas de forma más eficiente.
En cuanto a nuestro equipo en Cleveland, retiramos la solicitud de asilo y nos preparamos para la siguiente fase de nuestra relación con Renata, que esperamos termine finalmente con su ciudadanía estadounidense en sólo unos años.
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